Tecnología e innovación | El interfaz cerebro-cómputo una maravilla tecnológica con un lado oscuro de alto riesgo
Redacción
2025-09-18 12:00
Los BCI tienen aplicaciones diversas, desde la salud, para tratamientos de parálisis, epilepsia, y depresión.
La tecnología son medios que surgen en contextos históricos, tanto específicos como heterogéneos, son parte esencial de la dinámica de las sociedades y sus culturas, como sus formas de sobrevivencia frente a las calamidades como las enfermedades, la guerra y el cambio climático. La tecnología es parte consustancial de la humanidad, sin ella no habríamos sobrevivido millones de años, pero también representa grandes riesgos por su uso antiético.
Cabe señalar que el cerebro humano es un sistema dinámico, a través de los 86 mil millones de neuronas (Herculano-Houzel, 2017), que altera constantemente sus propios circuitos, acorde con las exigencias del entorno y las capacidades del cuerpo (Eagleman, 2024, pág. 14). La capacidad de captación y procesamiento crítico de la información, es lo que se denomina la singularidad del cerebro humano, es lo que nos hace diferentes (Bryant & Mars, 2025).
Con el propósito de ayudar a personas con problemas neuromusculares y otros padecimientos, investigadores lograron la interconexión de las regiones del cerebro de pacientes, para restablecer el flujo de información motora, dando paso a las tecnologías de cerebro-computador Brain-computer interfaces (BCI), es un sistema interacción hombre-máquina, permitiendo traducir la actividad eléctrica del cerebro, en comandos computacionales, derivando en control de diversos dispositivos, según sean las necesidades del paciente (Escolano & Minguez, 2011).
China está impulsando la industria de la tecnología BCI, cuyos modelos no serán invasivos, para ello, ya ha desarrollado chips especializados, para captar señales cerebrales, además de construir su infraestructura industrial, dado que existe una demanda no atendida, tanto de personas con discapacidad que podrán mover el cursor de una computadora y navegar en smartphone, incluso podrán monitorear al consumidor y el estado de alerta de los conductores (Mullin, 2025).
Neuralink cuyo fundador es Elon Musk, es una empresa que se basa en los recientes avances científicos de la neurociencia, computación y las aplicaciones de la IA, en robótica y bioingeniería, está orientada al mercado de los implantes de alta densidad, como el N1, que es un dispositivo de registro neuronal y transmisión de datos, implantado con electródos, aplicando algoritmos para decodificar señales cerebrales (Lesiv & Maini, Sachin, 2024).
En virtud de los avances en la IA y la miniaturización del hardware, la industria de los BCI se ha incrementado, siendo 200 empresas, y el mercado está dominado por 10 compañías, que se enfocan a producir implantes invasivos, no invasivos y semi-invasivos, las empresas líderes son: Neuralink, Syncron, Blackrok Neurotech, Paradromics, Emotiv, Kernel, Neurable, Precisión Neuroscience, Braincom y Neuracle, a excepcion de esta última que es de China, en las demás hay empresas de los Estados Unidos. (Tracxn)
Los BCI tienen aplicaciones diversas, desde la salud, para tratamientos de parálisis, epilepsia, y depresión, como para gamin, defensa y mejora cognitiva. Se estima que su valor de mercado en este 2025 sea de 3 mil 200 millones de dólares, pero para el 2030 alcanzará los 8 mil 730 mdd. (Banerjee, 2025)
Si bien es cierto que estas tecnologías de BCI tienen aplicaciones que favorecen al ser humano, también es cierto que presentan riesgos muy graves, como los ataque cibernéticos conocidos como brain hacking, al robar información íntima de las personas, derivando en una manipulación de pensamientos o chantajes y utilización de información en publicidad sin autorización.
De alta gravedad se considera la manipulación mental, alterando percepciones y emociones, propiciando enajenación con escenarios distópicos y reprogramando comportamientos.
No menos trascendente es la desigualdad social que propiciaría, dado que son productos cuyos precios están fuera del alcance de las mayorías, es decir, es un mercado elitista. Pero lo verdaderamente letal y antihumano, son las aplicaciones para la vigilancia masiva o guerra psicológica, como la manipulación social, cambiando valores y culturas, propiciando el racismo y el odio entre poblaciones, como del que están siendo objeto los palestinos por parte de Israel y los migrantes por parte de Trump.
A esto se agregaría el entrenamiento de los modelos de IA conversacionales, con datos sucios o información no ética. Estos riesgos son de alto impacto y totalmente antihumanos, mucho poder tecnológico en manos de poderosos, es ampliar su capacidad destructiva, el ejemplo inmediato es Trump, que está poniendo en alto riesgo a la humanidad entera.