Antioxidantes vs Pesticidas: Mitigando riesgos para la salud

El cambio climático ha provocado alteraciones en los ecosistemas, lo que favorece la proliferación de insectos vectores de enfermedades como el dengue, el zika o la malaria. En ese escenario, diversas regiones implementan el uso de pesticidas como medida para controlar estas plagas, sin embargo, su práctica frecuente implica riesgos que no se deben ignorar.

La alta exposición a estos compuestos químicos resulta peligrosa tanto para el medio ambiente como para la salud humana, especialmente en las comunidades donde su aplicación es constante. Esto afecta particularmente a sectores vulnerables, como a las infancias y a las personas adultas mayores. Por ello, es necesario desarrollar estrategias que ayuden a combatir el impacto ecológico de los pesticidas.

En esta edición de Revista Gaceta UAEH entrevistamos a Alejandra Sarahi Hernández Lozada, alumna del Doctorado en Ciencias Ambientales de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), para ahondar más en esta problemática y conocer una alternativa que puede beneficiar tanto a nuestro entorno como a nuestra salud.

Alejandra Sarahi Hernández Lozada, doctorante Garza.

Riesgo creciente

Actualmente, existe una creciente preocupación en materia de salud pública debido al uso excesivo de pesticidas. Aunque se usan contra insectos portadores de enfermedades potencialmente mortales para el ser humano, se han convertido en una estrategia ineficaz, ya que el abuso de estos agroquímicos tiene repercusiones dañinas en las personas debido a que pueden causar cáncer, además pueden causar en algunas especies resistencia.

A través del proyecto “El uso de antioxidantes para la mitigación de riesgos ecotoxicológicos de pesticidas”, Alejandra Hernández, doctorante de la UAEH, expone estos plaguicidas a tratamientos con extractos de té verde y jamaica para determinar si sus propiedades son capaces de disminuir sus efectos nocivos.

“El objetivo es evaluar los extractos y los pesticidas a la par en plantas, vertebrados y mamíferos, para ver qué daños producen. Nuestro extracto actualmente no está produciendo daños, al contrario, mostró un agente de reparación y protección a las células, lo cual es ideal para ocuparlos en poblaciones vulnerables y ofrecer alternativas para disminuir este problema”, mencionó Hernández Lozada.

De acuerdo al Sistema Integral de Vigilancia y Control Fitosanitario Forestal (Sivicoff), de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Hidalgo ocupa el primer lugar en notificaciones por plagas forestales.

Impacto ambiental

Otro asunto a tomar en cuenta, son las afectaciones ambientales de los pesticidas derivado de sus componentes químicos, los cuales pueden dispersarse por el aire esparciendo estos contaminantes, afectando los cuerpos de agua superficiales y subterráneos, o bien, modificar la composición del suelo, lo que podría significar la degradación del mismo, comprometiendo su capacidad de sostener cultivos a largo plazo.

“Los pesticidas aumentan su densidad al depositarse en el suelo, por lo cual también llegan a los mantos acuíferos. Si se usan en concentraciones altas por tiempo prolongado afectan más. Solemos pensar que después de esparcirlo desaparece inmediatamente, pero la realidad es que el tiempo de vida de estas moléculas es de uno a veinte años”, agregó Alejandra Hernández.

Hidalgo, región vulnerable

De acuerdo al Sivicoff, Hidalgo ocupa el primer lugar en notificaciones por plagas forestales. Bajo ese panorama, Hernández Lozada destacó la importancia de desarrollar este proyecto en la entidad, puesto que podría llegar directamente a la población más afectada.

La alumna Garza refirió que la región Huasteca tiene una mayor incidencia de la proliferación de insectos que causan daños, debido a las altas temperaturas, lo que ocasiona un incremento de las brigadas de mitigación, situación que eleva la mortalidad en infancias y personas adultas mayores, principalmente. Por ello, puntualizó que también se deben regular las prácticas de saneamiento para salvaguardar a las y los trabajadores.

“El hecho de contar con un proyecto que nos permita conocer a fondo los agentes antioxidantes puede generar una toma de decisiones oportuna, algo que sirva para protegernos como personas. Esto tendría un impacto positivo en la salud pública y ayudaría a disminuir los riesgos ambientales”, sostuvo.

Regulación, una necesidad urgente

Actualmente, no existe una regulación establecida, sin embargo, sería una medida fundamental para proteger la salud humana, ya que permitiría establecer límites seguros, promovería el uso de alternativas menos dañinas y fomentaría prácticas más responsables en torno a temas sanitarios y ambientales, favoreciendo la preservación del entorno.

Alejandra Sarahi Hernández afirmó que entre las medidas a considerar respecto a este punto se encuentran: circular al personal encargado de las brigadas para reducir su tiempo de exposición a los pesticidas; que las empresas brinden equipo de calidad (cofia, botas de seguridad, mascarillas; así como pláticas de educación ambiental, tanto para el personal como en las comunidades expuestas a los plaguicidas.

“Falta mucha cultura ambiental, pocos pesticidas están bien regulados respecto a su uso. La gente es consciente del daño que producen estos agentes químicos en su salud, sin embargo, lo perciben como algo cotidiano, así que minimizan su impacto o piensan que solo afecta a los insectos. Esto es un llamado de atención para cuidarnos más y entender la magnitud del daño”, indicó.

Alternativas desde la academia

Dado el escenario actual y el impacto de esta investigación, Hernández Lozada manifestó que es primordial que desde el ámbito académico se generen este tipo de conocimientos, pues las investigaciones en relación a la evaluación de daños son escasas. Asimismo, resaltó que estos estudios no solamente tienen un impacto inmediato, también son la pauta para trabajos posteriores referentes a los agentes químicos peligrosos.

A su vez, destacó que las ciencias ambientales permiten diseñar estrategias y ofrecer soluciones a los problemas de nuestra actualidad, gracias a su amplio campo de acción en matrices fundamentales como el agua, los ecosistemas, el aire y el suelo, con el objetivo de brindar una mejor calidad de vida para todas y todos.