Gaceta UAEH

Historia que se saborea con cada mordisco


Por Casandra Castelán Sánchez
Fotografía: Alejandra Zamora y Especial


Historia que se saborea con cada mordisco

Nayeli Vélez Rivera, investigadora de la UAEH


La comida es uno de los placeres que todos disfrutamos en nuestra vida, y entre la gran variedad de comida mexicana, hay un platillo que sobresale por su historia, sabor y tradición: el paste. Este manjar es un símbolo de la fusión entre dos mundos distantes, las lejanas tierras de Cornwall, en el suroeste de Inglaterra, y las cocinas mexicanas. Pero que con el tiempo se ha convertido en un emblema de la gastronomía hidalguense.

El paste en Hidalgo es mucho más que una comida, es una historia en sí misma. Este platillo llegó a México en 1824, marcando el comienzo de una larga historia de mestizaje culinario. Es bien sabido que cuando la minería experimentó un auge, los pastes se convirtieron en una comida habitual para el descanso de los mineros, debido a que es un alimento completo y de fácil transporte, ideal para llevar a las minas, sobre todo si eran profundas.

La investigadora y coordinadora de la Licenciatura en Gastronomía, Nayeli Vélez Rivera, del Instituto de Ciencias Económicas Administrativas (ICEA) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) compartió con Revista Gaceta UAEH un repaso por la historia y la transformación de este típico alimento que brinda identidad a la región.



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La chef Garza destacó que el nombre de este pequeño alimento proviene de la palabra pasty, que es una mutación del francés medieval “paste”, que significa pastel. Se dice que su origen se remonta al año de 1940 en Real del Monte, Hidalgo, cuando abundaban las cantinas, y fue en una de ellas, que contaba con un billar, donde comenzaron a venderse los pastes. Sin embargo, las damas de la época entraban a la cantina tímidamente a comprar sus pastes y salían rápido, debido a que no era bien visto que una mujer entrara a una cantina y mucho menos a un billar.

El paste original consistía en una masa quebrada rellena de carne de res, papas, cebolla y, por supuesto, la sazón de sal y pimienta. Lo fascinante de esta receta es su simplicidad y practicidad, lo que lo convirtieron en una comida ideal para los mineros. Con el paso del tiempo, este platillo evolucionó y se adaptó a los gustos mexicanos, con una variedad de rellenos que van desde el clásico picadillo hasta combinaciones con mole, queso crema, embutidos e incluso versiones dulces, como el arroz con leche.



“El paste es una herencia inglesa, pero con la influencia mexicana ha nacido algo completamente nuevo", señaló Nayeli Vélez Rivera.


El Festival del Paste: Un homenaje a la tradición minera



Cada mes de octubre, el pueblo mágico de Real del Monte celebra el Festival del Paste, un evento de carácter internacional que reúne a turistas de todas las latitudes. Durante el 2024, se conmemoraron 200 años de la llegada de este platillo a tierras hidalguenses. Este evento no solo celebra la riqueza gastronómica de la región, sino que también promueve la cultura y el turismo local.

Esta comida típica de la gastronomía hidalguense, además de ser una de las más populares, recibió la denominación de Patrimonio Cultural del municipio de Mineral del Monte en el 2017, por parte del ayuntamiento. En 2018, el Congreso del Estado de Hidalgo le otorgó el reconocimiento de Patrimonio Cultural y Gastronómico.



Más que un simple platillo, este es un trozo de historia que se saborea con cada mordisco.



A medida que la globalización y la modernización de la industria alimentaria siguen marcando tendencias en la gastronomía, el futuro del paste hidalguense parece prometedor. Con su capacidad de adaptación y la preservación de su receta tradicional, este platillo tiene el potencial de seguir conquistando paladares a nivel nacional e internacional. La clave de su éxito radica en la promoción cultural y la innovación dentro de la cocina tradicional mexicana.

Existen en la actualidad grandes esfuerzos que se están llevando a cabo para preservar esta tradición gastronómica, mediante acciones tripartitas. Por un lado, el Estado trabaja en la creación de festivales que permitan dar a conocer el platillo minero a nivel nacional e internacional; por otro lado se encuentra la parte del consumo y divulgación.

Y por último, se encuentra el papel que juega la academia, a través de sus programas de estudios, como es el caso de la Licenciatura de Gastronomía en la UAEH, en donde se forman a las y los futuros gastrónomos del país bajo un enfoque que permita la preservación, difusión e innovación de las diversas cocinas que existen en el país.

El futuro del paste parece prometedor, con la esperanza de que este delicioso manjar siga ganando reconocimiento en el mundo entero. El paste nunca dejará de ser un pedazo de historia y cultura que lleva en su interior la esencia de Hidalgo, de la minería y de esa tradición que ha atravesado generaciones.