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Terror: más que sustos, arte y reflexiones
Por Nelly Téllez Islas
Fotografía: Alejandra Zamora Canales y Carlos Fernando Sánchez
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El género del terror, comúnmente, es considerado un recurso de puro entretenimiento para que las personas experimenten miedo, asco, incertidumbre, tensión, ansiedad y sensación de peligro, entre otras reacciones. Sin embargo, su existencia va más allá del mero entretenimiento; tiene un papel fundamental dentro de la sociedad.
Las narrativas crudas y violentas no solo sirven para incrementar la adrenalina y poner al cuerpo en un estado de alerta física, sino que, detrás de ellas, las personas pueden experimentar una catarsis emocional y reflexionar sobre aquellos temas que no se quieren tocar como sociedad.
Para ahondar en este tema, Revista Gaceta UAEH entrevistó a Iván Pozos, psicólogo y conferencista invitado de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) durante la 37 edición de la Feria Universitaria del Libro (FUL) 2024, como parte del programa FUL Monstruos, el cual tuvo por objeto difundir este género tanto como una expresión del arte, como desde una perspectiva científica, con el propósito de revalorizar su impacto y significado en la sociedad.
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Iván Pozos, psicólogo y conferencista invitado de la UAEH durante la 37 edición de la FUL 2024, como parte del programa FUL Monstruos.
Desmenuzando el miedo
El especialista explicó que, si bien cada persona interpreta el miedo de manera diferente, también existe una construcción cultural alrededor de éste y una función. De esta manera, los libros, videojuegos, películas o series de terror no solo tienen un efecto visual que provoca emociones intensas, sino que, además, pueden ser un medio para reflejar el temor colectivo, reflexionar sobre las normas y enfrentarse a lo desconocido o a lo que es diferente.
“Hay que dejar en claro que todo el arte, en general, te llena. A nivel subjetivo, te emociona y te va a impresionar, porque para eso es el arte, para sacar emociones. Entonces, el terror es parte de esas bellas artes y no está bien o está mal. Por lo tanto, hay quienes solo lo consumen porque lo disfrutan, pero otras personas lo profundizan y ven que hay que entender otra cosa”, dijo.
Recalcó que este tipo de contenidos no altera nuestra esencia, sino que estas historias pueden invitar a cuestionar la moral que se tiene, pero no nos definen como personas ni como sociedad, ya que pueden convertirse en una crítica social. Lo que se logra observar en el terror, es que la naturaleza del ser humano sigue, pero que ahora se presenta a través de otros comportamientos.
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El terror no es la causa de la violencia
Ante este escenario, refirió que existen opiniones que señalan al terror como causante de algunas conductas violentas. Sin embargo, los estudios científicos advierten que esto no es verdad; el consumo de este tipo de contenidos no incita a cometer actos inaceptables.
El psicólogo señaló que el terror actúa como un vehículo para explorar tabúes sociales y evidencia los miedos que preferimos evitar, ya que nos presenta historias incómodas que nos hacen cuestionar nuestras creencias sobre qué tan lejos puede llegar el ser humano para sobrevivir o mantener las normas y valores.
No obstante, Iván Pozos señaló que, como sociedad, antes de que sus integrantes puedan explorar las verdaderas causas del comportamiento violento, optan por buscar chivos expiatorios. Esto se conoce en psicología como deflexión, que no es otra cosa que la forma de culpar a otros u otras circunstancias para ignorar situaciones más profundas, como el entorno familiar, la educación, el acceso a la justicia y el gobierno, entre otros aspectos.
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El terror no influye, es al revés: el terror es producto de una sociedad que lo consume.
Un claro ejemplo de esto se dio en la década de 1960, en Estados Unidos, cuando se culpó a los cómics de la violencia, desviando con ello la atención de las verdaderas causas del comportamiento problemático. Sin embargo, los estudios han confirmado que el terror no conduce a comportamientos violentos en la vida real, lo que sí puede hacer es ser un reflejo de las tensiones sociales.
El docente, quien lleva años de experiencia analizando y discutiendo sobre temas de horror, ciencia ficción, fantasía y otros géneros literarios desde el punto de vista psicológico, científico y de otras áreas del conocimiento, manifestó que la mejor manera de combatir estos prejuicios infundados es fomentar el pensamiento crítico.
“Doy clases en la universidad, y lo que siempre les digo a mis alumnos y alumnas es que sean críticos, que vayan y busquen evidencia, porque todos esos discursos provienen del prejuicio, el cual surge del desconocimiento. Entonces, lo que tienen es un desconocimiento del género de horror, y tienen un prejuicio que culpa al terror desde un prejuicio moral”, manifestó.
Ante todo este panorama, refirió que el miedo es una emoción básica del ser humano, por lo tanto, estará en nuestra cultura y seguirá alimentando al género del terror. Así que no es necesario temerle, sino aprender de él y de los mensajes que se emiten.
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El terror es el reflejo de miedos sociales; permite cuestionar la moral, explorar lo desconocido y servir como una catarsis emocional.