Animales y su invaluable ayuda en terapias psicológicas

“La Terapia Asistida por Animales (TAA) ayuda a reducir el estrés y promover la relajación, así como combatir los sentimientos de soledad, esto bajo estudios ya previamente realizados que confirman estos datos en pacientes de distintas edades, género y edad”, así lo dejó ver Flor de María Erari Gil Bernal, profesora investigadora del área académica de psicología del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa), perteneciente a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

Explicó que desde principios del siglo XX inició el uso de diversos animales con fines terapéuticos en distintos tipos de instituciones por los beneficios físicos, psicológicos y sociales que proporciona su relación con los seres humanos, lo que permite mantener o mejorar la calidad de vida de las personas.

La TAA consiste en proporcionar tratamientos asistidos por animales de compañía o de granja como perros, gatos, caballos, conejos, hamsters, entre otros, con el objetivo de tratar diversos problemas como el estrés postraumático, la ansiedad o la depresión, así como trastornos de conducta como la hiperactividad o el espectro autista.

Se trata de una intervención directa y con objetivos prediseñados, donde participa un animal que reúne criterios específicos como parte indispensable para el tratamiento. Ha sido ideada para propiciar beneficios físicos, sociales, emocionales y cognitivos en una gran variedad de entornos, de manera individual o en grupo, valiéndose para ello de diferentes animales.

¿Por qué usar animales como apoyo en terapias?

La especialista universitaria subrayó que esto permite implementar algunos componentes terapéuticos que ayudan a mantener los niveles de estrés bajos en el paciente durante la sesión psicológica que realiza el terapeuta. Este tipo de práctica ayuda a la o al psicólogo a realizar sesiones que incluyan otros ejercicios que, gracias a la presencia de un animal y al nivel bajo de estrés presentado, no podría realizarse en sesiones normales.

Los estudios han demostrado que cuando los pacientes se encuentran en presencia de un animal o mascota, el ritmo cardiaco de las personas en terapia se hace más estable porque baja el nivel de cortisol y se eleva el nivel de oxitocina, que es una hormona que se genera cuando hay algún vínculo emocional. Esta interacción demostró un incremento en esta hormona tanto entre las personas como en los animales, beneficiando a ambas partes por igual.

“Es importante tener en cuenta que no hablamos de sustitución de las terapias clínicas, pero sí como complemento de las mismas. A pesar de la cantidad de referencias históricas que documentan este tipo de terapias asociadas a multitud de patologías clínicas, es una práctica todavía poco utilizada”, mencionó la psicóloga Flor Gil.

Las mascotas ayudan a mantener la tranquilidad de sus dueños

Hayamos tenido o no animales, el simple hecho de haber estado cerca de ellos en algún momento de nuestra vida nos habrá infundido una sensación gratificante y de buen estado de ánimo. Los estudios advierten que esto se debe a que los humanos sienten una afinidad innata por todo lo viviente y lo natural; por ello, desde principios de la historia de la humanidad, ésta ha buscado relacionarse con otros animales en un ambiente más allá de su consumo como alimento, sino también a un nivel emocional, llegando a considerar a nuestras mascotas como protectores, ayudantes, vigilantes y parte de nuestras familias.

El contacto con una mascota, con la cual se ha establecido un vínculo afectivo, hace que liberemos oxitocina, la hormona relacionada con el placer, se reducen los niveles de cortisol en la sangre, indicador fisiológico del estrés, pero también aumenta el nivel de endorfinas, un péptido que funciona como un neurotransmisor responsable de la sensación de bienestar.

Se ha demostrado que tanto pacientes como personas en general, en especial después de la pandemia por COVID-19, que tener una mascota durante el confinamiento, hizo que las personas dueñas de los animales estuvieran mucho más motivadas en mantener sus hábitos y cuidados personales, así como su salud emocional, a diferencia de quienes no contaban con una mascota en casa. En especial aquellas que estuvieron en soledad.

El respeto entre pacientes y animales de apoyo

Flor Gil recalcó que la TAA debe de tener objetivos concretos que deben ser evaluados como cualquier otro tipo de terapia. Igualmente es necesario dar a conocer al paciente esta opción antes de implementarla, ya que podría generarse todo lo contrario al estar ante la presencia de un animal. Esto debido a las diferentes fobias que pueden presentar las personas, por lo que los niveles de estrés podrían aumentar en presencia de un animal al que se le considera por la o el paciente como “un peligro latente”.

Es por ello que en este tipo de tratamientos tienen un rol muy importante, ya que ayudan al terapeuta a captar la atención del paciente. Los animales de terapias disfrutan haciendo los trucos para los que han sido entrenados y ayudan al profesional de la salud o educación a alcanzar su objetivo de mejorar las funciones físicas, emocionales, relacionales y cognitivas del paciente.

La investigadora de la UAEH mencionó que es importante que los animales usados en la TAA también tengan sus tiempos de alimentación, descanso, paseo y juego para evitar el estrés en ellos y puedan continuar asistiendo integralmente de la mejor manera dentro de las sesiones terapéuticas. Ya que un animal estresado puede crear todo lo contrario en la terapia.

El futuro de las terapias es en compañía de los peluditos

Actualmente, en diferentes países se ha podido demostrar que esta técnica es un importante facilitador de procesos terapéuticos que contribuye al desarrollo global de la persona, mejorando su calidad de vida y proporcionando grandes beneficios en el plano social, emocional y cognitivo.

Asimismo, hay terapeutas que trabajan de la mano con fundaciones animalistas que se ayudan mutuamente para que la TAA se reconozca como una opción de alto impacto en terapias, no solo psicológicas, si no también físicas, al demostrar el respeto que se debe tener hacia los animales y la naturaleza misma.

Finalmente, Flor Gil especificó que actualmente en Hidalgo no se halla una clínica especializada en el uso de animales asistentes para fines terapéuticos, pero dentro de la Autónoma de Hidalgo ya se encuentra un grupo de estudiantes interesados en realizar investigación al respecto para que en un futuro se logre concretar este tipo de asistencias.