En el contexto de la globalización de la económica, la administración y el manejo adecuado de la logística se ha convertido en una solución para muchas organizaciones que buscan posicionarse y mantener su presencia global y competitiva.
Durante el cierre de fronteras como efecto inicial de la pandemia, las empresas comenzaron a tomar conciencia de los altos riesgos que implica tener su fabricación en el extranjero y el efecto catastrófico que provoca para la cadena de suministro global.
La decisión de fabricar en el extranjero o en el mismo país está relacionada con las instalaciones utilizadas para la logística. Su localización se define como decisión estratégica que determina de forma sustancial la ventaja de competitividad de una empresa en función al costo y servicio, principalmente. En general se reconocen cuatro tipos de localización: 1) offshoring, 2) reshoring, 3) nearshoring y 4) ally shoring, anglicismos reconocidos dentro del lenguaje técnico de la logística y la cadena de suministro.
Dentro de las estrategias logísticas de localización, el offshoring se define como el proceso en el que una empresa trasladar la fabricación de bienes y servicios al extranjero con el objetivo de reducir sus costos de fabricación y de mano de obra. La pandemia por COVID-19 provoco un cierre súbito de las actividades económicas en Asia lo que originó una severa afectación en millones de empresas que mantenían relaciones comerciales con este continente, lo que evidenció la vulnerabilidad del offshoring ante escenarios catastróficos. El contraste con la estrategia de offshoring es el reshoring (Vease Figura 1).
Figura 1. Reshoring y Offshoring
Fuente: elaboración propia
El reshoring se explica como la estrategia por la cual las empresas regresan o vuelven a traer a su país de origen, la producción y sus procesos de fabricación de bienes y servicios. En particular, el reshoring buscar estimular la economía doméstica, aunque con la desventaja de que si los productos que se procesan son originarios de otros países (como los cultivos agrícolas) resulta mejor mantener y procesar en el propio origen para que estos permanezcan cerca de la fuente.
Como efecto de la pandemia, a inicio del año 2021 comenzó a surgir una tendencia denominada “nearshoring”, con el paso de los meses este concepto tomo fuerza comenzando a ligarse con planes de acción y estrategias que utilizaban las empresas para combatir los problemas del COVID-19. Pero, ¿Qué es exactamente el nearshoring?
Nearshoring es una expresión en inglés que literalmente se traduce como: “deslocalización”. Este concepto quizá sea aún mas muy ambiguo que el propio termino en inglés, por lo que difícil realizar una traducción precisa. En términos concretos, el nearshoring es una estrategia utilizada por una empresa con el propósito de mover parte de su producción en ubicaciones más cercanas a su usuario final o mercado donde se venden los productos. El nearshoring es opuesto al offshoring, es decir, buscar proveedores y fabricantes en otros destinos (principalmente en Asia) con el objetivo de reducir los costos de producción, lo que coloquialmente se conoce como “Made in China”. La Figura 2 describe de manera grafica la diferencia entre el nearshoring y el offshoring.
Figura 2. Nearshoring y Offshoring
Fuente: elaboración propia
El nearshoring es entonces una estrategia cuyo objetivo es la subcontratación de servicios y procesos productivos en países cercanos o dentro de la misma región geográfica de la empresa contratante, siendo la ubicación la principal ventaja, ya que en muchos casos las largas distancias y las diferencias de horarios entre países y continentes contribuye de forma negativa a las operaciones de la cadena de suministro.
Ally shoring es un concepto que agrega el factor político a la estrategia de localización, considerando una perspectiva de socios comerciales y aliados que comparten valores y una visión de negocios a corto y largo plazo.
Figura 3. Ally shoring
Fuente: elaboración propia
A diferencia del nearshoring, la decisión del ally shoring no solo se basa en elementos de costos de producción, mano de obra o cercanía, sino que también evalúan las relaciones comerciales, el potencial para desarrollar capital humano que requieren las empresas aliadas en las diferentes ubicaciones y la certidumbre que se puede obtener de los esquemas de colaboración conjunta entre países.
La cercanía con la mayor economía del mundo posiciona a México en un lugar privilegiado y atractivo en el tema del nearshoring para la instalación de centros de fabricación y proveeduría proveniente de otras ubicaciones lejanas. Ante este escenario, las condiciones para la instalación de empresas bajo la estrategia de nearshoring resulta altamente favorable, muestra de ello son los resultados obtenidos en el Índice de Desempeño Logístico (LPI). EL LPI es una herramienta de evaluación creada por el Banco Mundial con base en un conjunto de indicadores para identificar el desempeño logístico y las mejores prácticas comparadas entre 139 países.
En el 2023, México ocupa el tercer lugar en la dimensión de “Oportunidades para la Logística Internacional" solo por debajo de India y China. En el panorama internacional la posición global del país, considerando todas las dimensiones que evalúa el LPI, lo coloca en la posición 66 con una calificación de 2.9, siendo Singapur, Finlandia, Dinamarca, Alemania y Holanda los mejores evaluados con calificaciones de 4.3, 4.2, 4.1, 4.1 y 4.1 respectivamente (Ver Figura 4).
Figura 4. LPI 2023
Fuente: elaboración propia con datos de LPI World Bank (2023)
Bajo este escenario, el nearshoring ha contribuido a una mayor colaboración entre México y los Estados Unidos. Las empresas que subcontratan servicios aquí, a menudo establecen relaciones a largo plazo con sus proveedores, como es el caso del sector automotriz. Las alianzas entre proveedores y fabricantes han promovido también un incremento en el intercambio de conocimientos, capital humano y tecnología entre los dos países, lo que ha permitido la innovación y la competitividad en ambos mercados. Factores como el T-MEC que facilita el comercio internacional y las cadenas de suministro rápidas y seguras entre ambos países, favorecen de igual forma a la estrategia del ally shoring.
En conclusión, las estrategias logísticas de localización basada en el nearshoring y ally shoring tienen un alto potencial para impactar significativamente, impulsando el crecimiento y la diversificación de la economía mexicana con beneficio para la sociedad en general. Sin embargo, la subcontratación sigue siendo objeto de críticas en algunos sectores sociales, por lo que necesario abordar estas preocupaciones para garantizar que la subcontratación se utilice de manera responsable y ética. En última instancia, las estrategias de localización en la cadena de suministro son procesos complejos por lo que es importante evaluar cuidadosamente sus implicaciones económicas, sociales y políticas antes de tomar decisiones importantes en torno a esta práctica.
Rafael Granillo Macías es doctor en Logística y Dirección de la Cadena de Suministro por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. En el ámbito empresarial, ha colaborado en el área de Cadena de suministro y abastecimiento en Coca Cola FEMSA y el área de gestión de proyectos de inversión. En el ámbito social ha trabajado con proyectos en los sectores primarios de producción y distribución de alimentos.
Actualmente es profesor investigador en la Escuela Superior de Ciudad Sahagún de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Su línea de investigación se enfoca en soluciones disruptivas para la logistica y la cadena de suministro.
Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores – CONACYT nivel 1, profesor perfil PRODEP, miembro del comité técnico de Cadena de Suministro del Colegio Nacional de Ingenieros Industriales (CONAII), miembro de la Asociación Mexicana de Logística A.C (AML), líder del Cuerpo Académico” Inteligencia Tecnológica para la Cadena de Suministro” y editor en jefe del Boletín Científico Ingenio y Conciencia.